Las corrientes filosóficas.
EL RACIONALISMO:
El Racionalismo
Psicológico. Cómo designación de la teoría según la cual, la Razón, equiparada
con el pensar o la facultad pensante, es superior a la emoción y a la voluntad.
1. Racionalismo epistemológico. Como nombre de la
doctrina según la cual el único órgano adecuado o completo de conocimiento es
la Razón, de modo que todo conocimiento verdadero tiene origen racional.
2. Racionalismo metafísico. Cómo expresión de la
teoría que afirma que la realidad es en último término de carácter racional, de
ahí que la razón pueda dar cuenta de ella.
Aunque el núcleo de problemas que definen la filosofía
racionalista sean de carácter epistemológico (características y condiciones de
la verdad, la las bases del método de investigación, etc.), también
encontraremos filósofos como Leibniz o Spinoza preocupados por cuestiones
metafísicas o políticas. De todos modos, habría que resaltar que el
racionalismo, en su intento de dejar a un lado los procedimientos de la
filosofía medieval, por un lado, y su oposición a las doctrinas empiristas, por
otro, se centrará fundamentalmente, y esto es lo que lo define, en cuestiones
relativas al uso y posibilidades de la razón humana.
En términos generales, los filósofos racionalistas aceptarán, con una clara influencia platónica, la existencia de ideas innatas, que como tales serán incuestionables. A partir de estas ideas innatas, se podrá construir un sistema de conocimiento basado en la deducción, y es que el modelo seguido en matemáticas será el prototipo sobre el que se construirá en método filosófico racionalista. La elaboración de un método que permita a todo ser humano el descubrimiento de un sistema ordenado de proposiciones verdaderas que amplíe sus conocimientos sobre del mundo, será la preocupación central de la filosofía cartesiana. La importancia del método estriba en el hecho de que dotar a la filosofía de un método preciso, permitiría considerar a la metafísica y a la ética en ciencias de pleno derecho.
El empirismo:
El empirismo es una
corriente filosófica que se desarrolla a lo largo de los siglos XVII y XVIII
que retomando algunas cuestiones tratadas por los filósofos medievales
anglosajones, los pensadores de Oxford y especialmente por Guillermo de Ockham,
acabará influyendo notablemente en la filosofía de la ilustración del siglo
XVIII.
La tesis básica que defienden los filósofos
empiristas es que el conocimiento humano está confinado dentro de los límites
de la experiencia, y cuando rebasa estos límites la razón humana cae en el
sinsentido... Es por esto que, frente a las posiciones racionalistas, el modelo
de conocimiento no será ahora las matemáticas sino más bien las ciencias
empíricas. La tesis fundamentales del empirismo serán, de forma resumida, las
siguientes:
ü El
origen del conocimiento es la experiencia
ü El límite de la conocimiento es la
experiencia
ü Frente al racionalismo se propone un
nuevo modelo de razón originada y limitada por la experiencia
ü El conocimiento humano es un
conocimiento de ideas, de ahí el énfasis puesto en el estudio de los mecanismos
psicológicos que rigen la formación y las relaciones entre ideas para formar
pensamientos complejos.
El
materialismo:
El materialismo es una corriente filosófica que en
oposición al idealismo, resuelve el problema cardinal o fundamental de la filosofía acerca de
la relación entre el pensar y el ser, entre al espíritu y la naturaleza,
postulando que, la materia es lo primario y la conciencia y el pensamiento, son consecuencia de
ésta, a partir de un estado altamente organizado.
Asimismo esta concepción resuelve otro aspecto
acerca de la relación del pensamiento humano y el mundo que lo rodea y la
cognoscibilidad de ese mundo.
Según esta concepción, el mundo es material y
existe objetivamente, independientemente de la conciencia. La conciencia y el pensamiento se desarrollan a partir de un nivel superior de
organización de la materia, en un proceso de reflejo de la realidad objetiva.
Sostiene, además, que la materia no ha sido creada
de la nada, que existe en la eternidad y que el mundo y sus regularidades son
cognoscibles por el hombre, ya que es posible demostrar la exactitud de ese
modo de concebir un proceso natural, reproduciéndolo nosotros mismos, creándolo
como resultado de sus mismas condiciones y además poniéndolo al servicio de
nuestros propios fines, dando al traste con la “cosa en sí, inasequible”.
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