jueves, 18 de octubre de 2012

las corrientes filosoficas


       Las corrientes filosóficas.

EL RACIONALISMO:

El Racionalismo Psicológico. Cómo designación de la teoría según la cual, la Razón, equiparada con el pensar o la facultad pensante, es superior a la emoción y a la voluntad.
1. Racionalismo epistemológico. Como nombre de la doctrina según la cual el único órgano adecuado o completo de conocimiento es la Razón, de modo que todo conocimiento verdadero tiene origen racional.
2. Racionalismo metafísico. Cómo expresión de la teoría que afirma que la realidad es en último término de carácter racional, de ahí que la razón pueda dar cuenta de ella.
Aunque el núcleo de problemas que definen la filosofía racionalista sean de carácter epistemológico (características y condiciones de la verdad, la las bases del método de investigación, etc.), también encontraremos filósofos como Leibniz o Spinoza preocupados por cuestiones metafísicas o políticas.  De todos modos, habría que resaltar que el racionalismo, en su intento de dejar a un lado los procedimientos de la filosofía medieval, por un lado, y su oposición a las doctrinas empiristas, por otro, se centrará fundamentalmente, y esto es lo que lo define, en cuestiones relativas al uso y posibilidades de la razón humana.


En términos generales, los filósofos racionalistas aceptarán, con una clara influencia platónica, la existencia de ideas innatas, que como tales serán incuestionables. A partir de estas ideas innatas, se podrá construir un sistema de conocimiento basado en la deducción, y es que el modelo seguido en matemáticas será el prototipo sobre el que se construirá en método filosófico racionalista. La elaboración de un método que permita a todo ser humano el descubrimiento de un sistema ordenado de proposiciones verdaderas que amplíe sus conocimientos sobre del mundo, será la preocupación central de la filosofía cartesiana. La importancia del método estriba en el hecho de que dotar a la filosofía de un método preciso, permitiría considerar a la metafísica y a la ética en ciencias de pleno derecho.

El empirismo:

El empirismo es una corriente filosófica que se desarrolla a lo largo de los siglos XVII y XVIII que retomando algunas cuestiones tratadas por los filósofos medievales anglosajones, los pensadores de Oxford y especialmente por Guillermo de Ockham, acabará influyendo notablemente en la filosofía de la ilustración del siglo XVIII.
 La tesis básica que defienden los filósofos empiristas es que el conocimiento humano está confinado dentro de los límites de la experiencia, y cuando rebasa estos límites la razón humana cae en el sinsentido... Es por esto que, frente a las posiciones racionalistas, el modelo de conocimiento  no será ahora las matemáticas sino más bien las ciencias empíricas. La tesis fundamentales del empirismo serán, de forma resumida, las siguientes:

ü  El origen del conocimiento es la experiencia
ü  El límite de la conocimiento es la experiencia
ü  Frente al racionalismo se propone un nuevo modelo de razón originada y limitada por la experiencia
ü  El conocimiento humano es un conocimiento de ideas, de ahí el énfasis puesto en el estudio de los mecanismos psicológicos que rigen la formación y las relaciones entre ideas para formar pensamientos complejos.



 El materialismo:
El materialismo es una corriente filosófica que en oposición al idealismo, resuelve el problema cardinal o fundamental de la filosofía acerca de la relación entre el pensar y el ser, entre al espíritu y la naturaleza, postulando que, la materia es lo primario y la conciencia y el pensamiento, son consecuencia de ésta, a partir de un estado altamente organizado.
Asimismo esta concepción resuelve otro aspecto acerca de la relación del pensamiento humano y el mundo que lo rodea y la cognoscibilidad de ese mundo.
Según esta concepción, el mundo es material y existe objetivamente, independientemente de la conciencia. La conciencia y el pensamiento se desarrollan a partir de un nivel superior de organización de la materia, en un proceso de reflejo de la realidad objetiva.
Sostiene, además, que la materia no ha sido creada de la nada, que existe en la eternidad y que el mundo y sus regularidades son cognoscibles por el hombre, ya que es posible demostrar la exactitud de ese modo de concebir un proceso natural, reproduciéndolo nosotros mismos, creándolo como resultado de sus mismas condiciones y además poniéndolo al servicio de nuestros propios fines, dando al traste con la “cosa en sí, inasequible”.

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